
Tejía. Un hilo al lado del otro, el eco de sus patas repetido como una huella imborrable, la trama de su destino desplegada en una red sin fronteras.
Tejía voces y sus palabras se enredaban entre las hojas hasta alcanzar los ángulos, rincones perfectos en los que encontraban abrigo.
Tejía silencios pegajosos y sobre el vértice de sus instintos, cazaba a sus presas; la búsqueda y el encuentro, la tela balanceándose, una conversación entre hilos peligrosos, la red muda y en su superficie, tan solo la huella de un camino destejido.